Bitacora CDMX

REDACCIÓN

Gracias a la diversidad de ecosistemas que hay en el país, República Dominicana cuenta con condiciones excepcionales para el avistamiento de aves. Islas, bosques de diverso tipo, manglares y lagunas son hogar de 300 especies de aves, de las cuales 32 son endémicas y otras están en peligro de extinción, convirtiéndose en un destino imperdible en el Caribe para los amantes de esta actividad.

“Nuestro destino recibe cada año más adeptos al birdwatching que llegan atraídos no sólo por las especies endémicas, que representan una cantidad elevada para un solo país, sino también por la ventaja de poder combinar el avistamiento con visitas a lugares deslumbrantes, como las playas vírgenes de Bahía de las Águilas, en el sur, o la imponente naturaleza de la costa norte”, afirma Magaly Toribio, Asesora de Marketing del Ministerio de Turismo de República Dominicana (MITUR).

Entre las especies endémicas se cuentan, entre otras, la cigua palmera, el ave nacional del paísel carpintero de la Hispaniola; el perico de la Hispaniola; el cuervo de cuello blanco; la tangara de corona negra y la golondrina dorada, entre otros.

El sudoeste del país es la región obligada para los amantes de las aves. Con una superficie de 1.000 kilómetros cuadrados y 70 kilómetros de largo que se extiende por las provincias de Bahoruco, Barahona y Pedernales, el Parque Nacional Sierra de Bahoruco alberga una impresionante variedad de bosques, desde secos hasta nubosos de más de 2,000 metros y bosques de pino de la Hispaniola. Observadores de aves de todo el mundo recorren los senderos señalizados para avistar más de 100 especies.

En el área se puede encontrar un total de 30 especies de aves endémicas que no se han encontrado en ningún otro lugar, como el periquito, el zumbador esmeralda, el trogón de la Española, el cortacubas de pico ancho y el raro zorzal de Bicknell. En área se han visto, además, especies amenazadas como el cuá, el zorzal de La Española y el piquituerto de La Española. Dentro del parque, en medio del bosque nublado, la pequeña aldea de Cachote, 1.097 metros sobre el nivel del mar, ofrece opciones de hospedaje exclusivos para los observadores de aves, con excursiones acompañadas por guías locales.

La provincia de Pedernales cuenta, además, con dos sitios excelentes para el avistamiento. La Laguna de Oviedo, la más grande del país, está rodeada de densos manglares y salpicada por 24 cayos donde se pueden observar garzas blancas, reales y azules, playeros occidentales, gaviotas, espátulas rosadas, pelícanos, loros, y hermosos flamencos americanos. En tanto, en el Parque Nacional Jaragua –que abarca diversos ecosistemas, incluidas lagunas e islas y las impresionantes playas vírgenes de Bahía de Las Águilas- viven más de 130 especies de aves, diez de las cuales son endémicas. Se pueden observar palomas coronadas blancas, flamencos americanos, así como ibis blanca, águilas pescadoras, garzas reales y azules, entre otras. 

Samaná, en el norte del país, es otro destino imperdible para los amantes de la ornitología. Allí, el Parque Nacional Los Haitíses, que en taíno significa “tierra montañosa”, es un área de 1.600 kilómetros cuadrados que alberga una increíble vida silvestre. Sus cayos, pequeñas islas y manglares son un placer para los observadores de aves, quienes pueden ver con facilidad el buteo Ridwayi-en peligro de extinción-, el carpintero de Sierra y el carpintero de La Hispaniola, así como pelícanos, garzas, garcetas y otras aves majestuosas.

Un dato fundamental para hacer 2×1: si se visita Samaná entre mediados de enero y marzo, el plan perfecto es combinar el avistamiento de aves con el de ballenas. Cada año, al menos 1,500 ballenas jorobadas regresan en esa época a la Bahía de Samaná para cortejar, aparearse, parir y aletear en sus cálidas aguas, en un verdadero espectáculo que atrae a miles de turistas de todo el mundo.

Además de estos destinos, otros lugares destacados para el avistamiento de aves en República Dominicana son el Parque Nacional Lago Enriquillo (Barahona), el Parque Nacional Valle Nuevo (Constanza) y Montecristi (centro del país).

 

[/fusion_text][fusion_gallery layout=”” picture_size=”” columns=”” column_spacing=”10″ gallery_masonry_grid_ratio=”” gallery_masonry_width_double=”” hover_type=”” lightbox=”yes” lightbox_content=”” bordersize=”” bordercolor=”” border_radius=”” hide_on_mobile=”small-visibility,medium-visibility,large-visibility” class=”” id=””][fusion_gallery_image image=”https://www.bitacoracdmx.com/wp-content/uploads/2019/12/IMG_3733.jpg” image_id=”31604|full” link=”” linktarget=”_self” /][fusion_gallery_image image=”https://www.bitacoracdmx.com/wp-content/uploads/2019/12/Copy-of-Laguna-de-Oviedo_1.jpg” image_id=”31605|full” link=”” linktarget=”_self” /][/fusion_gallery][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *